Crónicas de Guaribe
Msc . Soraya González Rojas
RAFAEL ANTONIO RON
Nació en San José
de Guaribe, Hato La Laguna ,
el 15 de febrero de 1940. Hijo de Moisés Salazar y Francisca Ron, ambos de San
José de Guaribe.
Cuando niño, pasó
el tiempo entre La Laguna
y Budarito, a partir de los 17 años empezó a trabajar en Guaribe, Puerto la Cruz y Caracas, donde duró 30
años trabajando como obrero.
Se casó con la señora Eladia Bermúdez de Ron, quien le
proporciona mucho entusiasmo y actualmente llevan 30 años de casados, tuvo 3
hijos, de los cuales uno falleció. De otro matrimonio anterior tiene 7 hijos. Desde los 10 años aprendió el oficio de la agricultura
y la ganadería, comenzó con el ganadero Luís Rafael Itriago y Actualmente
trabaja con un hijo en la finca “El Gran Ismael”, ubicada en Santa Rosa, San
José de Guaribe.
Comenzó a tocar
la bandola a los 25 años, por iniciativa propia, la gustaba oír tocar a
Santiago Ospino, Juan Solano, Juan Esteban García. Se encontraba con Gregorio
Campos en Uveral los fines de semana, para formar las parrandas en ese caserío,
estamos hablando de los años 60 en adelante, habían muchos músicos, entre ellos
estaban: Alfredo Ruiz, Alberto Ruiz, Horacio Seijas, entre otros.
Como le gustaba
tanto la ejecución de la bandola, la practicó con mucho esfuerzo, su oído era y
sigue siendo su mejor acompañante.
Recuerda que su
primera bandola la compró en 100 bolívares, y eso fue un ajuste de cuentas por
haberle tumbado un conuco al señor Alejandro Tomase, es decir, a cambio le pagó
con la bandola, fue de ahí en adelante que tomó mucho interés en ejecutarla y
nunca más dejó de tener el instrumento.
Aunque dice que
ha amenizado pocas fiestas, ama a su bandola, porque piensa que es un
sentimiento de humano, que lo hace feliz. Es un gran bailador de bandola, hasta
que el cuerpo aguante.
Sus grandes
amigos: Ramón Sáez, José Sáez, Gregorio Campos (hoy fallecido).
Su pareja de
baile en Uveral, era Alida Manzano. En la Laguna las parejas fueron: Lina Sáez, Sara Sáez,
Rosa Guipe y Santa Sáez.
Siente un gran
orgullo, gran alegría que le proporciona a la gente algo bonito.