CRÓNICAS
DE GUARIBE
MSC.
SORAYA GONZÁLEZ ROJAS
CRONISTA
OFICIAL MUNICIPAL
gabana64@hotmail.
Recordando
a GORO
Revisando en mi memoria, hoy pude encontrar en ella a un personaje que aunque no nació en Guaribe,
una vez que llegó echó raíces en este
pueblo, se trata del recordado Ramón
Esteban Arrechider López, mejor conocido por todos nosotros como
Goro!!!!! quien nació en la Trinidad de Arichuna, estado Apure, hijo de Esteban
María Arrechider y Carmen Guadalupe
López de Arrechider (ambos fallecidos), nativos de San Rafael de Guachara, Estado
Apure.
Goro llegó a San José de Guaribe con el Sr. Eligio Espinoza, trajo
consigo un aprendizaje extraordinario que fue la habilidad de asar carne en
vara, costumbre típica de los pueblos apureños, la misma la heredó de su padre.
Era un artista en este oficio, durante muchos años estuvo deleitando el paladar
de los guaribenses, los cuales disfrutaban de una carne en vara especial,
blandita y jugosita, de solo recordarla se me hace agua la boca. Años más tarde
tuvo que dejar este oficio debido a que le dio lo que nosotros llamamos un
pasmo, esto producto de estar trabajando con candela y luego exponer su cuerpo
a temperaturas frías. Tuvo la oportunidad de dejar este legado a nuestro buen
amigo Leopoldo Canelón quien mantiene viva esta tradición al punto de
convertirse en uno de los atractivos de nuestras ferias agropecuarias y
artesanales.
Después que nuestro amigo Goro se
desprendió de este oficio de asar carne, se dedicó a tejer chinchorros en telar
(oficio que también aprendió de su padre), era un experto tejiendo chinchorros
de todos los tamaños y hermosísimos colores, él mismo armaba los telares los
cuales los hacía de madera de tarare, para su elaboración usaba también un
peine con el cual se ayudaba para tejer
y lograr un acabado perfecto, sus manos parecían arañas y tenía un estilo único
al trabajar, su faena la acompañaba cantando, silbando o echando cuentos jocosos.
En muchas oportunidades se sentaba a tejer en el porche de su casa ubicada en
la calle Las Delicias, estando así
atento a lo que acontecía a su alrededor y pendiente de que pasara algún
conocido que le dijera: “Epa Goro” y enseguida él respondía una retahíla de
cosas con una voz tan fuerte, que aun la tengo en mi
memoria.
Goro, era un hombre fuerte, alto,
piel morena, ojos vivos, carácter fuerte al igual que su voz, manos y pies
grandes, con características típicas de todo hombre que trabaja en el campo.
Muy conversador y le encantaba echar cuentos y chistes, mantenía buen carácter pero sin dejar que nadie le
faltara el respeto, nunca le faltaba su sombrero y su camisa de cuadros!! Un buen día partió a otro plano, pero en
nuestra memoria siempre estará la voz, el entusiasmo y el sabor de la carne que
asaba Goro!!!